Para
la estadística quedará que Santa Fe y Millonarios dividieron honores y
empataron 1-1 en la octava fecha de la Copa Colombia 2013 y que el
empate, combinado con el triunfo de Llaneros, dejó a Millos sin el
liderato del grupo porque el equipo de Villavicencio suma ahora dos
puntos más. La otra anécdota, que es la que queda para contar en
reuniones sociales, contará que el 8 de Mayo de 2013 Millonarios dejó
escapar dos puntos ante un Santa Fe que celebró el empate como siempre y
que se dedicó, cual equipo chico, a quemar tiempo por miedo a perder.
La constante del partido: ver a Millonarios intentar por todos los frentes pero estrellarse constantemente con el muro defensivo planteado por el rojo, que salió a no perder y se encontró con el gol de la ventaja (un golazo, dicho sea de paso) a los 27 minutos. Después de ese gol Santa Fe solo atacó dos veces más en todo el partido y Millonarios fue el equipo que hizo el gasto, esta vez de la mano de un Leudo guerrero y aguerrido que luchó todas las pelotas y fue el mejor de los azules.
En el segundo tiempo llegó el empate azul: pase preciso y profundo de Zapata a Wason para que, cerca al área chica y ganando la espalda de los centrales rivales, la picara ante la salida del portero y darle así algo más de justicia al resultado (¡cómo los tiene de hijos a los rojos el 18 azul!). Lo que vino después: Millonarios encima atacando casi siempre por la banda derecha, Santa Fe aguantando y demorando el cronómetro (chistosísimo que un jugador como Jairo Suárez, con sus años de experiencia, terminara tirado en el piso consumiendo reloj como si fuera debutante en Equidad o el Quindío). Leudo tuvo el segundo, que hubiera sido el justo premio, pero el portero se la sacó. Así, con Millos (el grande) encima y Santa Fe (el chico) aguantando, terminó el partido con igualdad.
Empataron dos estilos: el grande y el chico. El hincha santafereño apretó, sintió miedo, quiso acelerar el reloj y al final celebró el empate con Millonarios, como siempre y fiel a su estilo, como si fuese la gran gesta (uno imagina que, como el historial de enfrentamientos directos marca tanta diferencia a favor de Millos, al frente tienen pavor de sentir que se va a alargar más y por eso cada empate es como un triunfo); el hincha de Millos, en cambio, salió algo frustrado porque en la cancha el equipo mereció más y un empate es poco ante un rival que salió a quemar tiempo nada más.
La punta, por ahora, la perdimos. Sin embargo, cabe anotar que Millonarios todavía tiene un partido pendiente (el que jugará este miércoles en Facatativá ante Expreso Rojo) y que Llaneros, actual líder, tendrá que venir a visitarnos en El Campín. A Millonarios le quedan tres partidos y, técnicamente hablando, haciendo seis puntos asegurará su cupo en la siguiente ronda de la Copa, objetivo de este semestre para esta competición.
La constante del partido: ver a Millonarios intentar por todos los frentes pero estrellarse constantemente con el muro defensivo planteado por el rojo, que salió a no perder y se encontró con el gol de la ventaja (un golazo, dicho sea de paso) a los 27 minutos. Después de ese gol Santa Fe solo atacó dos veces más en todo el partido y Millonarios fue el equipo que hizo el gasto, esta vez de la mano de un Leudo guerrero y aguerrido que luchó todas las pelotas y fue el mejor de los azules.
En el segundo tiempo llegó el empate azul: pase preciso y profundo de Zapata a Wason para que, cerca al área chica y ganando la espalda de los centrales rivales, la picara ante la salida del portero y darle así algo más de justicia al resultado (¡cómo los tiene de hijos a los rojos el 18 azul!). Lo que vino después: Millonarios encima atacando casi siempre por la banda derecha, Santa Fe aguantando y demorando el cronómetro (chistosísimo que un jugador como Jairo Suárez, con sus años de experiencia, terminara tirado en el piso consumiendo reloj como si fuera debutante en Equidad o el Quindío). Leudo tuvo el segundo, que hubiera sido el justo premio, pero el portero se la sacó. Así, con Millos (el grande) encima y Santa Fe (el chico) aguantando, terminó el partido con igualdad.
Empataron dos estilos: el grande y el chico. El hincha santafereño apretó, sintió miedo, quiso acelerar el reloj y al final celebró el empate con Millonarios, como siempre y fiel a su estilo, como si fuese la gran gesta (uno imagina que, como el historial de enfrentamientos directos marca tanta diferencia a favor de Millos, al frente tienen pavor de sentir que se va a alargar más y por eso cada empate es como un triunfo); el hincha de Millos, en cambio, salió algo frustrado porque en la cancha el equipo mereció más y un empate es poco ante un rival que salió a quemar tiempo nada más.
La punta, por ahora, la perdimos. Sin embargo, cabe anotar que Millonarios todavía tiene un partido pendiente (el que jugará este miércoles en Facatativá ante Expreso Rojo) y que Llaneros, actual líder, tendrá que venir a visitarnos en El Campín. A Millonarios le quedan tres partidos y, técnicamente hablando, haciendo seis puntos asegurará su cupo en la siguiente ronda de la Copa, objetivo de este semestre para esta competición.
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